lunes, septiembre 04, 2006

Un pasaje erótico: "El pintor de batallas" de Arturo Pérez Reverte

Tal como veremos durante el taller, lo erótico puede ser explícito, pero también sugerido; crudo en su lenguaje o poético; siempre dependiendo, como todos los componentes de cualquier texto narrativo, del efecto que se desee causar, de la intención del narrador.

"En ese momento Faulques se alegró en su corazón -un gozo tranquilo y salvaje a un tiempo- de que no lo hubiesen matado ninguna de las veces que eso hubiera sido posible; porque en tal caso no estaría allí esa noche, desnudando las caderas de Olvido, y nunca la habría visto retroceder hasta recostarse en la cama, sobre la colcha intacta, sin dejar de mirarlo entre el cabello suelto y mojado de aguanieve que se le derramaba sobre la cara, la falda subida hasta la cintura, abriendo despacio las piernas con una deliberada mezcla de sumisión e impúdico desafío, mientras él, impecablemente vestido todavía, se arrodillaba ante ella y acercaba la boca, entumecida por el frío de la noche, a la oscura convergencia de aquellos muslos largos y perfectos, en cuyo centro latía, suavísima, deliciosamente húmeda al contacto de sus labios y su lengua, la carne espléndida de la mujer a la que amaba."

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